miércoles, 30 de diciembre de 2009

Nosotras...

A mi socia

¿Vas a gritar de nuevo?
¿Crees que van a escucharte?
Tu tormenta me altera el pulso,
es mía, soplamos el mismo viento.

Hoy no sabemos donde vamos,
nos corroe la misma duda,
creemos que no es edad de indecisión,
pero es lo que nos toca.

Admiramos a los que se marcharon,
a los que lo tuvieron claro,
y hay días que nos sentamos,
pensamos que es pronto aún
y nos bebemos el momento...





sábado, 26 de diciembre de 2009

Siempre el tiempo...



Época de sequía,
sed de ti y desierto de nada,
no sé como calmarla
ni si es el tiempo de hacerlo.

Doy otra vuelta al reloj de arena
y espero a que me lleve el viento.

Y en esta triste madrugada,
duermo sola, hoy no te tengo...





miércoles, 16 de diciembre de 2009

Por ti, sin más...

Puedo quererte tanto
como letras tienen mis poesías,
como palabras tienen mis cuadernos.

Puedo quererte tantas veces
como digas que yo ya no te quiero,
tantas como esperes que te mienta.

Sin rimas, ni canciones, ni deseos,
sin recordatorios tontos,
esto sólo es para que sepas
lo que realmente estoy sintiendo.

( Permitidme hoy no contar, ni sumar versos, simplemente sentir,
y decir con urgencia lo que siento)

domingo, 13 de diciembre de 2009

CUMPLEAÑOS FELIZ!!!


Hola gente!!
Aunque estoy de secano últimamente
lo que no se me pasa es el cumpleaños de alguien especial.
Asi que, MUCHISIMAS FELICIDADES QUERIDO TITO!!
JAJAJ!!Espero que sigas disfrutándolos desde donde estés!!


martes, 1 de diciembre de 2009

Un cuento para Mar

He contestado, por fin, a la llamada de Javier y os traigo un cuentecillo para Mar que hizo esta foto espero que os guste, bueno, espero sobre todo que a ella le guste. Y leedlo con la música que vale la pena



-¡Ssssh, no griteis, ssssh! ¡o no entrará!

-Sí ¡sssh, necesitamos que entre!

Los lenguis esperaban impacientes, escondidos en los rincones oscuros de ese castillo casi derruido.

Todos pensaban que en ese castillo no vivía nadie, pero en realidad ellos vagaban ocultos desde hacía siglos. Sus increíbles grandes ojos recorrían las ventanas y puertas en búsqueda de algún humano que aún crea en la magia. Sus cuerpos brillantes y peludos se frotaban cada noche buscando algo de calor y de esperanza.

Hacía un día de campo estupendo, los padres de Mar habían decidido pasar un día entre las hojas secas del otoño.

Mar y su perra Terra jugaban sin cesar, Mar se sentía protegida al lado de su golden blanca, tan grande y suave.

Hoy Mar era libre para investigar, para recorrer todo el bosque, no había ningún peligro.

Terra corrió, y Mar la siguió a través de los árboles, encontrándose perdida frente al inmenso castillo de piedra.

Los lenguis contuvieron la respiración. Escucharon los pequeños pasos de Mar mientras su curiosa perra les olisqueaba, y de pronto comenzó a ladrar llamando a su ama. Entonces Mar se acercó…

-Venga, salgamos despacio y crucemos los dedos para que no se asuste.

Un paso, otro más, y una bola brillante inundó la habitación. Mar retrocedió sorprendida, pero enseguida se sintió cómoda y calentita, y empezó a distinguir los cuerpecillos peludos y los ojos brillantes de los lenguis. Ellos, felices, la llevaron a su agujero, le contaron sus leyendas, le enseñaron sus brillantes inventos, tomaron batidos de sabores que Mar no conocía, jugaron a juegos a los que nunca había jugado, estaba siendo una tarde muy especial. Una voz adulta retumbó en el castillo, Mar se dio cuenta de que debía irse.

Los lenguis se despidieron sonriendo con los ojos llenos de lágrimas y Mar se marchó feliz sin saber que había hecho realidad algo muy deseado. Cuando llegó a casa Mar metió la mano en el bolsillo, había algo peludo dentro, al sacarlo se dio cuenta de que uno de los pequeños se había colado dentro.

Todo el mundo sabe que las hadas mueren si no se cree en ellas, pero lo que nadie sabe es que los lenguis sólo sobreviven si alguien piensa en ellos, y gracias a Mar seguirían muchos años vivos y brillantes.