Estuvo cerca hoy.
Creí que me abordaba en medio de una calle
sin cartel...sin farolas.
Estuvo cerca.
Sus pasos repicaron, agobiando mis suelas
gastadas con cien años.
Latía el corazón a mil por hora,
sudábamos yo y mi pensamiento,
cruzando ideas muy extrañas.
Y el miedo caló huesos.
Aceleré en la cuesta oscura.
Y de pronto:
-¡Un momento! ¡Pero si yo sé defenderme!
Me paré en una bocanada cavernosa,
y al girarme, quieta esperaba,
borrando Mar y Campo: la triste Soledad.