lunes, 19 de abril de 2010

Deshójame la margarita


Ahora que nos conocemos
¿quieres adentrarte en mi destino?
¿vas a querer saborearme
ahora que sabes quien soy?

No olvides,
que salvando las distancias,
las edades...
compartimos mundos que nos ciegan
y te siento al otro lado de la sala.

Nos hablamos tan de cerca
que me aprieta.

Y aunque tú me dispares versos
y se me escape el aire que me abrasa,
vivimos en el tiempo de las dudas

De todo lo que dices o escribes,
me quedo con tu risa,
luna nueva.



martes, 13 de abril de 2010

M.H.

Acunada por tu voz en otras voces,
navego entre los blancos de tus versos
Retengo todo por lo que tú lloras,
y hago jirones la cárcel
por la que a la libertad te aferras.

Hipnotizada por ese perfecto ritmo,
por las palabras exactas
de tu más exacto poema,
ruedan lágrimas de cebolla negra,
por esos dos ojos que no se cierran.

Entre las páginas te desvaneces,
tras la cruel enfermedad
la dulce muerte.
Me dejas en el alma vida,
en el recuerdo la llama ardiente
de tus tres heridas.


jueves, 1 de abril de 2010

Anoche...

Anoche, que no fue ayer, ni hace dos dias, disfrutamos juntas del verano, nos bañamos desnudas sin complejos, conocí tus antojos,

tú, mis hendiduras.

Supiste que ninguna era perfecta, en aquella noche perra en que los secretos siempre serían eso, palabras rotas dichas en los momentos canallas de las noches de vinos y soportales..

Nos bañamos desnudas en agosto, con el calor murciano le gritamos al viento mil canciones, nos dejamos llevar por otras luces, compartimos la casa y los fogones.

Ayer, que parece hace ya mil años, desayunamos en una tierra dulce donde el sol no ocultaba desengaños, nos contamos la vida y los lamentos, lamentamos no sabernos otros cuentos…




Anoche, cuando declaraste que era Invierno, te llenaste de arena los bolsillos, decidiste trepar por otras ramas y dejarme casi, casi en el olvido…

Anoche socia, esa noche de los ratos sin sentido, esa en la que crees que encuentras lo que no te han prometido, he bajado a los infiernos, he sentido el aire gélido y ya no he tenido frío.

Dejé que todo acabara, así, sin hacernos ruido. Apagué todas las luces, dosifiqué mis latidos... Supe que los perdones nadaban en lo perdido, y después, cerré los ojos y olvidé lo prometido...

Anoche tenia miedo y mi vida se ha extinguido.


Esta, al hilo de la entrada anterior