Los domingos son un tiro reventónen el cajón de todo pensamiento.
Son la daga que utiliza la tristeza
para filtrarse en el hueso de tu alma.
Te cala un frío inexistente
resuelto a recordarte cada paso,
a decirte que no caigas hoy de nuevo
en el inmenso error de repetirlo.
Los domingos hay que sacudirse
cada recuerdo malo del pasado,
renovarse la piel, hacer limpieza.
Y a veces se consigue darle esquina
a estos torturadores de semanas,
y a pesar de que los lunes sean duros
tú puedes levantarte y hacer magia.
