miércoles, 20 de enero de 2010

Que el mundo haga un paréntesis

No hay aire,
sufro y no puedo rebelarme,
da igual que grite muy alto,
mis gritos se pierden en el mundo.

Soy el que sonreía hace un mes,
el que casi no tenía nada,
ahora la nada me arrastra,
y me consume las entrañas.

El miedo ya casi se ha ido,
la desesperanza está aquí,
y no hay nadie que me traiga
lo que de un temblor perdí


8 comentarios:

.A dijo...

que el miedo no vuelva..

Alejandro dijo...

Querida Pilar, el otro día te echamos de menos, pero hoy nos compensas. No me habría gustado, por nada, que escribieras este poema, pero me ha encantado cómo has expresado un dolor y el ayuno de quien nada puede porque nada tiene. Claro, al otro lado del paréntesis está todo lo contrario: la insolidaridad y las ansias de hacer negocio y política a cambio del sufrimiento ajeno.

Precioso Pilar. Enhorabuena.

Besos

Alex

Anónimo dijo...

Precioso Pilar,que sensibilidad,la pena es que realmente esas personas estaran sintiendo lo que dices en el poema.besos

Manuel dijo...

Pese a ciertos comentarios anónimos que prefieren a la Cruz Roja y han sido puntualmente borrados de mi Blog, no hay verso que sobre en la tragedia.

La fuerza se ha canalizado desde hace miles de años a traves del verso que toca la piel de los hombres. Tu verso es - como dice Jose Martí - un puñal que por el puño echa flor.

Un beso. Gracias por tu corazón.

Sekhmet dijo...

Me encanta ver como empatizas con la gente que ha vivido semejante catástrofe. Aunque (espero) nunca llegaremos a entender ni sentir algo así, la conciencia se revuelve...
Los pelos de punta.
Mil besos, socia.

Valeriano Franco dijo...

Compañera:
La vida de cada uno está llena de paréntesis. Por lo menos la mía. Para algunos, son muros infranqueables: Los de Haití, ahora, y todos los que hay en tantos otros sitios, desde casi siempre. Pero no me basta leer o escribir sobre ese dolor, porque me siento como si viera los paréntesis desde fuera. Quisiera responder a esta pregunta: ¿Cómo abrir, al menos, una rendija en alguno de esos paréntesis que son muros?. Leyendo lo que has dicho y cómo lo has dicho, me llega una ráfaga de algo que me motiva para quitarle alguna piedra al muro. Y aunque no hay “ningún verso que sobre en la tragedia” como dice Manuel , los muros son tan altos y tan petrificados que derribarlos exigen además de versos, pico y pala.
Gracias y un abrazo
Valeriano

Anónimo dijo...

Hola preciosa, me ha llegado al corazón la mención poética que haces sobre la tragedia que sufren estas pobres personas. Ojalá el mundo reaccionara de una santa vez y empezase a ocuparse de los que no tienen nada. Ese es uno de los grandes sueños de todos a los que no nos es indiferente la pobreza de aquellos a quienes no les queda ni esperanza.
Ya sabes que te eché de menos el sábado.
Besitos.
Mila

Mari Carmen Azkona dijo...

Ojalá no hubieras tenido que escribir un poema como este.
Los niños, muchos de ellos si que lo han perdido todo, han perdido incluso quienes les protegen, quienes les ayudan a crecer...esperemos, que por lo menos, no hayan perdido el futuro.

Un abrazo.